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                                          MODULO D. CURSO MOOC DIRECCIÓN PÚBLICA 2019.

                                                      ACTIVIDAD EVALUABLE POR PARES

                                                          BUENAS PRÁCTICAS DIRECTIVAS

"COMPETENCIAS DIRECTIVAS Y ESTILO DE LIDERAZGO. ÉTICA Y RESPONSABILIDAD PÚBLICA"

 

En este Módulo 3 se han trabajado las competencias directivas, entendidas como “el conjunto integrado de conocimientos, habilidades, aptitudes, valores y actitudes que deben poseer las personas empleadas en la Administración pública para desempeñar de forma excelente sus funciones directivas”.

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Ahora te pedimos, que después de reflexionar sobre la práctica directiva por parte de los/as jefes/as que han acompañado tu vida profesional, pienses en el comportamiento relacionado con cada una de las siguientes competencias directivas que sea para ti más relevante, con objeto de elaborar a modo de decálogo de las mejores prácticas directivas entre toda la comunidad del curso:

 

  • Compromiso con los objetivos y resultados.

  • Desarrollo y transmisión de la visión estratégica.

  • Planificación y gestión.

  • Innovación y creatividad.

  • Pensamiento global.

  • Influencia.

  • Construcción y desarrollo de relaciones.

  • Liderazgo y motivación.

  • Desarrollo profesional.

  • Capacidad para inspirar.

  • Gestión del cambio.

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 COMPROMISO CON LOS OBJETIVOS Y RESULTADOS: El directivo debe conjugar con lealtad la carrera profesional propia con los intereses legítimos de la empresa. El compromiso de los directivos es fundamental para el buen desarrollo de cualquier negocio. Para comprometernos con una empresa, necesitamos compartir la mayoría de los valores que la organización propugna. Esto tiene que ser así, de lo contrario estaríamos en permanente conflicto con nuestro entorno empresarial y con nosotros mismos.

 

DESARROLLO Y TRANSMISISIÓN DE LA VISIÓN ESTRATÉGICA: el directivo debe mantener en todo momento la iniciativa para alcanzar los objetivos y expectativas establecidos. Para ello serán necesarias varias pautas a seguir: la primera, entender la propia empresa, sus estrategias, objetivos, competencia diferencial, evolución de su entorno, etc. La segunda, obtener amplia información sobre las tendencias y evolución de la economía y las finanzas, la industria y el sector. Y la tercera, es crear un entorno de trabajo con el máximo nivel de confianza, reconociendo y  ofreciendo mi agradecimiento sobre el trabajo bien hecho.

 

 PLANIFICACIÓN Y GESTIÓN: El directivo debe asumir la responsabilidad que le corresponda en la tarea de definir y de formular estrategias, crear y desarrollar equipos de trabajo y liderar procesos. Es una forma de conducción del cambio, basada en un análisis participativo de la situación (Estudio los riesgos y oportunidades que cada modelo de planificación aporta, así como los elementos que son necesarios para su funcionamiento), de sus posibles evoluciones y en la definición de una estrategia de inversión de los escasos recursos disponibles en los puntos críticos.

 

INNOVACIÓN Y CREATIVIDAD: El directivo debe esforzarse en obtener el mejor resultado, tratando de obtener una justa retribución al capital mediante un adecuado liderazgo de los medios humanos y materiales puestos a su disposición. Para ello, es imprescindible que asuma su tarea con un alto grado de autoexigencia y evalúe periódicamente su gestión para conseguir, a través de un proceso de crítica constructiva, mejorar su grado de eficacia, eficiencia y coherencia. La creatividad junto con la innovación son elementos que han venido interactuando en el entorno empresarial desde hace mucho tiempo, pero que a medida que los mercados se hacen más competitivos, dichos elementos han tomado un papel protagónico, ya que por medio de éstos las organizaciones pueden desarrollar aquellas ventajas competitivas que les permitan mantenerse con éxito.

INFLUENCIA: Tanto en el ámbito externo como en el interno, el directivo debe velar para que las personas con las que trabajan cumplan con las normas generales de buena convivencia y principios de respeto mutuo a los derechos adquiridos por terceros. Los principios que informan las relaciones del directivo con su entorno se fundamentan en la exigencia de confidencialidad, prudencia, equidad, transparencia y responsabilidad social que contribuyan a una mejor relación de la Administración con los grupos de interés y la sociedad en general.

 

 CONSTRUCCIÓN Y DESARROLLO DE RELACIONES: El directivo debe cuidar el equilibrio entre los diversos grupos de interés que interactúan en la empresa como comunidad de intereses compartidos: Administración, directivos, empleados, y sociedad en general. Creo e ideo algo nuevo y original, permitiendo salirnos de la rutina y convierto las ideas en procesos y servicios nuevos y mejorados.

 

LIDERAZGO Y MOTIVACIÓN: Liderazgo y motivación son dos herramientas clave en el éxito de cualquier proyecto. Ambos elementos son vitales para lograr un adecuado desarrollo personal y profesional del individuo, y, aunque puede subsistir el uno sin el otro, juntos son una combinación que garantiza el triunfo. El directivo debe establecer un contrato “moral” de comunidad de intereses con su equipo, que permita generar compromiso, visión compartida y responsabilidad mutua. Para ello es necesario intentar ser justo y equitativo, estableciendo unas expectativas claras en el desempeño de las funciones, y reforzando los comportamientos para mejorar el desempeño de las funciones correspondientes.

 

DESARROLLO PROFESIONAL: Con “desarrollo profesional” los profesionales buscan referirse a lograr el crecimiento y la autorealización, a alcanzar esa meta que algún día se plantearon como futuros profesionales. Un trabajador desarrollado es aquel que logra llegar a un nivel óptimo de conocimientos necesarios para desempeñarse en el área de su interés. En el transcurso de su relación con la empresa, el directivo tratará de compatibilizar su desarrollo profesional y personal, procurando aunar eficacia y dedicación con la necesaria reserva de tiempo para alcanzar una vida plena en la que el trabajo no anule sus posibilidades de desarrollo humano, familiar y social.

 

 CAPACIDAD PARA INSPIRAR: Inspirar a los demás e incluso a uno mismo es una cualidad que suma muchos puntos en el desempeño de una labor profesional. Constantemente nos relacionamos con otras personas y de nuestra personalidad depende que pasemos o no desapercibidos. Las características de una persona influyen en su relación con los demás y también determinan el papel que cada uno desempeña. Los líderes son aquellos que cuentan con la capacidad suficiente para inspirar a los demás. Inspirar en este caso implica ser capaz de sacar lo mejor de cada uno, potenciar las cualidades innatas y aplicarlas al trabajo. El directivo tiene la responsabilidad de conseguir involucrar a todos sus colaboradores en un compromiso común de retos y valores compartidos.

 

 

GESTIÓN DEL CAMBIO: antes de implementar nuestro propio modelo de gestión del cambio es esencial que detectemos y analicemos lo que necesitamos cambiar y, segundo que elaboremos un plan de cambio, una planificación estratégica que nos indique el camino a seguir . El directivo debe afrontar situaciones muy tensas cuando sea consciente que sus intereses profesionales y los objetivos de la empresa no van en la misma dirección. La gestión de estas situaciones de confrontación variará sustancialmente en función de factores tales como la edad, el grado de satisfacción con la propia carrera profesional, el nivel de flexibilidad de la propiedad y el grado de integración existente con la misma. En tales situaciones de conflicto, el directivo deberá optar por una decisión consecuente con el dictado de su conciencia, una vez analizada a fondo la situación. Sin embargo, la condición que debe imponerse, sea cual sea la decisión que adopte, es la de proceder de forma que sus actuaciones no incidan negativamente en la imagen pública de la Administración Pública. En aquellos casos en que se produzcan situaciones de cambio profesional, debe garantizarse un recto proceder en el período de transición, propiciando el cese de la relación profesional de forma satisfactoria para ambas partes.

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